Vigo, 1944.
Se traslada a Madrid en 1959 donde alterna sus estudios de música en el Real Conservatorio con los talleres de dibujo del Círculo y las clases libres de la Escuela de Bellas Artes. Expone desde 1974 en Galicia, Madrid, Salamanca, Valladolid, León, Santander, Logroño, Córdoba y Oviedo. Colabora con la Galería Arboreda desde mediados de los ochenta.
La pintura de Francisco Lagares ha pasado por tres etapas. Una primera etapa gris de trazo redondo para dar paso a la segunda, a principios de los ochenta, en la que las formas tienden al análisis y la construcción de estructuras. Surgen los cálidos y el negro que marca los contornos . Al trabajo de pincel le acompaña la espátula y los frotados, y así se revela más terroso a base de veladuras secas. Hacia 1998 aparecen sus primeras pinturas abstractas que responden de manera coherente a un impulso sintetizador cada vez más acusado.
La obra que presenta Arboreda corresponde en su mayor parte a la segunda etapa. El análisis definitivo de estos años va trastocando los planos de sus composiciones para acabar en representaciones casi verticales que desembocarán en su proceso abstracto. El negro da profundidad y crea cambios de perspectivas muy acertados al igual que las veladuras de blancos atemperan una obra enérgica que busca esquemas cada vez más esenciales. Los paisajes, tanto del norte como de la meseta, reflejan de igual forma la tendencia a la pura expresión y la austeridad formal.